“Nosotros comenzamos enviando un matrimonio a Marruecos en el año 1999 y ahora sirven en un lugar distinto, pero hasta la fecha seguimos apoyándolos ya que nunca hemos dejado de considerarlos parte de nosotros. Actualmente tenemos 5 familias y 2 personas solteras en países como Malasia, Turquía, India y España. Tenemos otras 5 preparándose para salir. También sostenemos a 12 obreros originarios de la India que tienen un ministerio de plantación de Iglesias en su país y tenemos ya 10 años de conocerlos. De manera general hemos podido ver que este proceso comienza cuando el obrero desea honrar a Dios y servirle con este llamado especial. Así que, se acerca a su pastor para hablarle de su inquietud y es aquí donde comienza el reto del pastor y de la Iglesia.

Uno de los principales retos como iglesias latinas son los recursos.

Hemos escuchado muchos casos de obreros que han tenido que regresar por que no reúnen los requisitos económicos. A veces son rechazados o son despedidos por algunas organizaciones debido a esto. O sus recursos no son suficientes para permanecer debido a lo que implica vivir en otros países. Algunos pastores se sorprenden que necesiten más dinero que el propio pastor que los envía y entonces aquí hay que buscar el apoyo de otras iglesias y organizaciones.

Claro que también hay otras razones por las cuales pueden retornar los obreros, pero los recursos es al menos la segunda más importante. Para que esto no suceda, tenemos que tener claro cuáles son las razones por las cuales hacemos todo esto. Y una de ellas es la obediencia a la Gran Comisión. Debemos dejar de ver el mundo por zonas (yo me enfoco sólo en mi iglesia, en esta colonia o en mi ciudad, etc.) y verlo como un sólo mundo, una raza humana, donde una gran parte (los no alcanzados), no tienen acceso al evangelio. Nosotros debemos proveer este acceso enviando obreros fieles y entender que seremos parte de ganar las naciones para Cristo, porque ganaremos a aquellas personas que ganarán a sus propias naciones para Él, como sucedió en México.

¡Claro que es posible!

Como iglesias latinoamericanas podemos enviar obreros latinos a otros países. Pero debemos mantener viva la obra transcultural en nuestras iglesias, hablar de ella, exponer a la gente a lo que está sucediendo en las naciones. Dar la información de lo que están haciendo los obreros allá. Cuando existe esto, se mantendrá encendida la flama del llamado y otros seguirán escuchando este llamado de Dios en la iglesia, de lo contrario

¿cómo escucharán si no son expuestos a todo esto?

Y es necesario que entendamos que es una inversión a largo plazo, no podemos decirle al obrero a los 2 años que ya no podemos apoyarlo.

La Biblia dice que hay que medir el costo, y es algo que va a costar, pero invertir en el Reino a la larga trae un beneficio millonario. Algo muy importante es que sea una visión de la iglesia, y no solo del pastor.

Existe un dicho “Cuando el faraón muere, nadie se acuerda de José”

y los que sufren son los obreros. Por eso debe ser un movimiento de la iglesia, no de un hombre, no podemos hacer solos la tarea. Unamos fuerzas con otras iglesias, hagamos alianzas estratégicas con otras organizaciones como agencias de envío y de campo.

Que nos ayuden a cuidar a los obreros para que no estén solos, para que los visiten, ya que no siempre es posible que la iglesia lo haga y así esto les ayude a ellos a permanecer. Pero sobre todo, tenemos que creerle a Dios. En nuestro caso Dios nos ha conducido con el siguiente principio: “Si ustedes cuidan mi obra afuera, yo cuidaré de mi obra aquí”. Hemos visto su fidelidad en todos estos años y en todas las áreas siempre hemos tenido todo lo necesario. No ha habido escasez y hemos logrado pagar siempre nuestros compromisos.

Cuando una iglesia crece, siempre hay muchos gastos, proyectos, ampliaciones, construcción, en cada una de ellas Él siempre ha sido fiel. Sobre todo hemos podido ver que la Iglesia está comprometida a cuidar la obra de Dios afuera. Hemos visto que la gente de la iglesia evangeliza, tiene pasión por compartir a los que les rodean, y eso se ha visto reflejado también en crecimiento. Nuestra iglesia fue fundada por una mujer americana que amamos mucho. Su vida y la de quienes la enviaron ha sido un testimonio de fe y de amor para nosotros. Ha sido un ejemplo para que seamos luz para aquellos que no le conocen como otros fueron luz para nosotros”. De esta forma algunas iglesias en nuestros países están involucradas en el envío de obreros a las etnias abandonadas.

Pero de en general tenemos que crecer en este tema. El llamado a hacer discípulos a todas las naciones es para toda la iglesia, no sólo para algunas personas. Vivamos en obediencia a este llamado. Etnias (traducción correcta para la palabra en griego usada en Mateo 28:19 y que fue traducida como “naciones”).