Un hombre santo musulmán. Vivía en una región remota y tradicional en su país. Varios miles de personas lo consideraban su líder espiritual y esperaban de él guía espiritual, bendiciones para sus cosechas, oraciones para su salud y, más que nada, intercesión por su salvación eterna.Le molestaba mucho pensar que miles de creyentes pensaran que el los podía salvar en el día del juicio cuando él estaba preocupado por su propia salvación.  Así que empezó a orar que Dios le mostrara el sirāt mustaqīm, el verdadero camino a la salvación.Una noche, mientras estaba orando por esto, el Señor Jesús se le apareció, radiante, en ropas blancas.Le dijo que fuera a cierto pueblo y consultara con una persona cuyo nombre era Yacob, el hijo del gran líder religioso Mustafá.En esa misma visión el Señor le mostró el camino a su casa.  Ibrahim se emocionó ya que este Mustafá había sido su propio maestro sufí muchos años atrás.  Ibrahim decidió no comer ni beber hasta conocer a este hombre que había descubierto el camino de salvación.Se levantó esa mañana muy temprano y caminó a través de una terrible tormenta y tomó un bus para ir a una aldea que estaba a unos 65 kilómetros de distancia.Al llegar al pueblo, encontró la casa que el Señor le había revelado y tocó a la puerta. Le sorprendió ver que la persona que le abría la puerta usaba ropa ordinaria en vez del vestuario de un maestro sufí.Yacob era el líder de un creciente movimiento de Musulmanes que siguen a Jesús.   Pronto le confirmó que era hijo de Mustafá, el líder religioso que le había entrenado así que Ibrahim le contó la visión que había tenido y le pidió que le enseñara el camino de salvación.Yacob inició con algunos pasajes del Corán que mostraban la grandeza de Cristo, entonces fue directamente a la Biblia y le contó la historia de la creación del mundo, como Satanás tentó a Adán y Eva y como desobedecieron a Dios, como su pecado los había esclavizado a la ignorancia, el pecado y la muerte.Entonces le contó sobre el rescate de Noé y su familia.Después describió como como Dios llamó a Ibrahim y le prometió una descendencia, sobre David y la desobediencia de Salomón y sus hijos y sobre el segundo Adán, Jesús, que fue el primer humano que se sometió a la voluntad de Dios pero, según la voluntad de Dios murió en la cruz para salvar a la humanidad para entonces resucitar de los muertos para sentarse a su diestra como Señor y Salvador del mundo.Ibrahim creyó en el evangelio y empezó a predicar. Así inició un movimiento que ha continuado pese a calumnias, amenazas y persecuciones.