Morir a diario

Juan 12:24

Si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo. Pero si muere, lleva mucho fruto 

–¡Usted quiere trabajar entre los antropófagos! ¡Será comido por los antropófagos!

A lo que Paton había respondido con la misma franqueza:

–Usted hermano, es mucho mayor que yo, y en breve será sepultado y luego será comido por los gusanos. Le digo a usted, hermano, que si yo logro vivir y morir sirviendo y honrando al Señor Jesús, no me importará ser comido por los antropófagos o por los gusanos. 

En el día de los resurrección mi cuerpo se levantará tan bello como el suyo, a semejanza del Redentor resucitado.John Paton…Discípulo de Jesús en las islas Hébridas (1824-1907)

John Paton tenía un ministerio fructífero de evangelismo citadino, pero Dios lo llevó a dejar la espiga dorada que bien podía ser contemplada y admirada por muchos para caer a tierra y morir. Con esto no quiero decir que su ministerio en Escocia no representaba un sacrificio.   Dios lo llevó a una isla donde era totalmente anónimo, un perfecto desconocido, sin aplausos, sin escenarios  ni admiradores.

John y su esposa Mary llegaron a la Isla el 5 de Noviembre de 1858, el 12 de Febrero su hijo nació en este lugar. Aún no terminaba este primer año en las Islas, cuando John tuvo que cavar para sepultar a su esposa e hijo. Murieron a causa de fiebre y neumonía. A pesar de esto no se retiró de las islas.

Podría seguir hablando de este hombre cuya vida nos desafía a permanecer caminando en obediencia pase lo que pase. No quiero hacer alarde de los sacrificios que pasó, sino de una cosa, la pasión de Paton y quien era el centro de su servicio era Jesús.

¿Puede el Maestro exigir de sus discípulos algo que Él no haya hecho Jesús nos dijo que si queríamos seguirle debíamos negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz cada día. Se trata de seguir a Jesús como Él desea y no a nuestra manera.

¿Es Jesús nuestro mayor tesoro? ¿Es Su gloria tu única motivación para servir?

Estoy segura que Paton no imaginaba el costo de obedecer. De lo que si estoy cierta es que él sabía muy bien que a pesar de todo Dios estaba con él.  Jesús era su mayor deleite.

Medita en el costo de seguir a Jesús, pero al mismo tiempo considera el costo de no seguirlo.